LOOK AGAIN es una celebración de la presencia, el juego y un ritmo más pausado. En un mundo dominado por la distracción y la aceleración, la exposición plantea una pregunta esencial: ¿qué descubrimos cuando no solo atravesamos un lugar, sino que realmente lo habitamos?

Durante cuatro semanas, once artistas internacionales regresaron al entorno de las cuatro calles que rodean el Museo Can Framis. Guiados por una atención sostenida y gestos sutiles de paciencia y curiosidad, observamos, escuchamos y fuimos testigos de la coreografía de un barrio en constante movimiento.

Un tramo de acera; la luz del sol sobre el hormigón; el ritmo de los pasos; una pelota que rebota. Lo que al principio parecía ordinario se volvió, con el tiempo, lleno de matices y colores. No solo vimos: miramos con ojos nuevos.

Un símbolo central en la exposición es la mano, universal y arquetípica. Manos para construir, para jugar, para crear. Manos como herramientas de conexión y expresión. Como señala The Book of Symbols, la mano puede representar “una necesidad de reflexión interior más que de acción en el mundo”, recordándonos que la visión no llega solo a través de los ojos, sino también a través del cuerpo, del hacer, del crear y del sentir.

En nuestro proceso, la calle se transformó en un patio de juegos, no solo para niños, sino también para rutinas, conversaciones inesperadas y una experimentación abierta. La calle nos enseñó que los espacios públicos son mucho más que un simple telón de fondo en nuestras vidas. Nos moldean tanto como los moldeamos a ellos.

LOOK AGAIN reivindica la ciudad como un lugar capaz de potenciar la imaginación y la conexión silenciosa. También nos recuerda que las historias más poderosas no son siempre las más ruidosas, sino aquellas que se desarrollan en silencio, justo delante de nosotros. La exposición es una es una invitación al espectador a mirar más de cerca, a moverse con más calma y a recordar que incluso los espacios más ordinarios pueden convertirse en escenarios de creación, transformación y visión compartida, cuando tendemos la mano y abrimos el corazón.

Como dijo Josep Pla: “El arte de vivir consiste en saber observar”.